El nebulizador es el componente que realmente crea el aerosol y, por lo tanto, constituye el corazón de todo el sistema. Porque es esencial que el nebulizador satisfaga las necesidades del usuario: para garantizar que el aerosol se entregue en su destino previsto y tenga el efecto deseado, tanto para niños como para bebés y adultos, el nebulizador debe generar un espectro de aerosol ajustado en la medida de lo posible y con un tamaño de gotita optimizado para su propósito previsto. El líquido que se va a inhalar se vierte en el nebulizador y luego se atomiza para producir una niebla extremadamente fina.
Se proporciona una abertura en la parte inferior del nebulizador para que el aire comprimido pueda introducirse a través del tubo de conexión. El aerosol producido en la cámara del nebulizador se dispensa a través de la abertura de la boca y se puede inhalar a través de una boquilla o una máscara adjunta.